La tabla rasa

Steven Pinker

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En La tabla rasa, Steven Pinker desafía la noción de que los seres humanos nacen como una "página en blanco" y que toda nuestra personalidad y comportamiento se desarrollan únicamente a partir del entorno y la cultura. A lo largo del libro, Pinker sostiene que, aunque el entorno y la experiencia juegan un papel crucial, la biología humana, incluida la genética y la evolución, influye profundamente en la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Utilizando avances recientes en neurociencia y psicología evolutiva, Pinker argumenta que muchas de las diferencias entre las personas, como las de inteligencia, comportamiento social y moralidad, pueden explicarse en parte por la genética. En lugar de considerar a los humanos como seres completamente moldeables por el entorno, él sostiene que somos productos de una interacción compleja entre la biología y la experiencia.

Pinker también refuerza su argumento criticando ideologías políticas y filosóficas que promueven la idea de la "tabla rasa", tales como el igualitarismo radical y algunas interpretaciones del socialismo. Al hacerlo, defiende una visión más matizada y científicamente informada de la naturaleza humana, donde el reconocimiento de las predisposiciones genéticas no debe implicar fatalismo o determinismo. A lo largo del libro, Pinker discute temas como el sexismo, la violencia, y las políticas públicas, demostrando cómo la comprensión de la biología humana puede ayudar a enfrentar estos problemas de manera más efectiva, sin caer en visiones reduccionistas. Con su enfoque, La tabla rasa invita a un debate sobre el equilibrio entre la naturaleza y la crianza, proponiendo que reconocer la biología humana no debe ser una excusa para la desigualdad, sino un paso hacia una sociedad más comprensiva y justa.